Oscar Washington Tabárez

en Torneo Clausura 1991

Ganó dos títulos (Apertura 1992 y Master 1992). Venía con la experiencia de dirigir a Peñarol (campeón de América 1987) y la Selección de Uruguay que jugó el Mundial de 1990. Un tipo laburador, simple, que armó un gran equipo en 1991, y que hizo rendir a varios jugadores en su máximo nivel. Soñora, que era volante, fue lateral. Pico, que era delantero, fue volante. Batistuta, que era un puntero que se erraba goles debajo del arco, fue ubicado de centrodelantero y a partir de allí tuvo uan carrera como goleador impresionante. Latorre, que prometía pero no concretaba, con el Maestro se potenció y se convirtió en ídolo. Ganó el Clausura 1991 en forma invicta, de punta a punta, pero no pudo ser campeón, porque el título se definía con el campeón del Apertura, Newell's, y Boca perdió por penales, sin tener a Batistuta y Latorre, convocados a la Selección. En los dos torneos siguientes no anduvo tan bien, pero el equipo siempre peleó arriba. Y en el Apertura 1992 logró quebrar la peor marca del club sin títulos locales, luego de 11 años de frustraciones. Bajo su mandato, se armó una racha espectacular sin derrotas ante River, fueron 13 partidos incluyendo amistosos y oficiales. A mediados de 1993 se fue, por problemas internos en la convivencia del grupo. Estuvo en el Milan, Cagliar, Oviedo y Vélez. Regresó en 2002 sucediendo y antecediendo a Bianchi, cuando el Virrey se tomó un año sabático. Le costó armar el equipo, teniendo la permanente comparación con Bianchi. Sobre el final del año estuvo a minutos de alcanzar a Independiente en la punta, luego de estar 8 puntos abajo. No logró el objetivo y se fue.